La "Furia Roja" fue superior que su rival a lo largo del encuentro y sobre todo en los primeros quince minutos de la fracción inicial, donde inquietó varias veces la portería naranja. Por ejemplo a los 10', se proyectó Sergio Ramos por la derecha del ataque español y su disparo fue salvado en la línea por Heintinga.
En líneas generales, el partido fue discreto, ya que ambos conjuntos apostaron por el pelotazo. Lo peor del encuentro, sin dudas, fue la actuación del árbitro Howard Webb, quien sacó 14 tarjetas amarillas durante el encuentro. Cabe destacar además que el inglés solo amonestó con amarilla a De Jong a los 28' -jugada que merecía roja- por un patadón contra Xabi Alonso.
En Holanda, Robben fue el jugador más peligroso, pero falló en jugadas clave como en un mano a mano en el minuto 62.
España fue más que Holanda, en un encuentro parejo. Y esto lo ratificó en el alargue, sobre todo por el gran nivel que mostró Cesc Fabregas, desde que ingresó en el minuto 87. El jugador del Arsenal condujo las mayores jugadas de peligro en su equipo, durante los últimos pasajes de la final. Incluso, falló un mano a mano frente a Stekelenburg en el minuto 95.
En definitiva, Holanda fue superada por primera vez en el Mundial, en un partido donde apeló mucho al juego brusco para controlar el buen juego de España. El buen juego colectivo de la "Furia Roja" se impuso a las individualidades holandesas.
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